El club de las palabras perdidas: embelesar, apolíneo, óbice

Hoy, en el Club de las palabras perdidas, vamos a rescatar varias palabras aportadas por el historiador Javi Solís y el escritor Adolfo Lombardero Vega. Las voces a recuperar son embelesar y apolíneo, por parte del primero; y óbice, por parte del segundo.

Embelesar (de en- y belesa.), según la RAE:

  1. Arrebatar o cautivar los sentidos.

A mí esta palabra me gusta mucho y la uso. Suele estar en mis textos. De hecho, creo que aparecerá seguro en cualquiera de mis novelas. Estoy segura. Es una palabra hermosa. Javi Solís, su rescatador, dice que le gusta por la etimología que tiene. Si nos fijamos en la definición, embelesar proviene de belesa y al leer su significado, se entiende por qué Javi se siente atraído por los orígenes o la razón de la existencia de esta bella voz.

Belesa (quizá del gótico *bĭlĭsa; cf. alto alemán antiguo bilisa, bajo alemán medio y neerlandés. medio bilse), según la RAE:

  1. Planta vivaz de la familia de las plumbagináceas, como de un metro de altura, con tallos rectos, delgados y cilíndricos, cubiertos de hojas alternas, lanceoladas y ásperas, y coronados por flores purpúreas, muy menudas, en espiga. Tiene virtudes narcóticas.

Curioso, ¿verdad? Lo importante aquí, fijaos, está en la parte final de al definición, es decir, sus virtudes narcóticas. Así que me embelesas porque me arrebatas los sentidos; me narcotizas como lo haría la belesa. Qué evocador.

Respecto a la segunda palabra aportada por Javi, asegura que es también por su etimología por lo que desea que esté incluida en el club. Veamos.

Apolíneo (del latín Apollineus), según la RAE:

  1. Perteneciente o relativo al dios griego Apolo.
  2. Que posee las cualidades de serenidad y elegante equilibrio atribuidas a Apolo, en contraposición a dionisíaco.
  3. Dicho de un hombre: Que posee gran perfección corporal.

Su origen está en Apolo, dios griego de la belleza, y de ahí nacen sus acepciones. Serenidad, elegancia o perfección corporal. Javi quiere rescatar ambas palabras porque cada vez las escucha y lee con menor asiduidad de forma que algunas, reconoce, casi le son desconocidas. Estoy de acuerdo con él. Embelesar es más común, pero apolíneo se usa muy poco.

¿Y cuál será la palabra que quiere rescatar Adolfo? Pues es una muy bonita. 

Óbice (del latín obex, -ĭcis ‘cerrojo’, ‘obstáculo’.), según la RAE:

  1. Obstáculo, embarazo, estorbo, impedimento.

Reconozco que se usa poco. Quizá en prensa, los que escribimos opinión sí la utilizamos, sobre todo al hablar de política, pero no es una voz que se emplee de forma habitual. Adolfo la quiere rescatar porque, además de fomentar su uso, le gusta su sonido al pronunciarla. Le parece que suena a lo que significa. ¿Y a vosotros? Este es el poder mágico de las palabras. Convertir sus sonido, su pronunciación, en su significado. Probad. Decid en voz alta óbice. ¿Os suena a estorbo?

Embelesar, belesa, apolineo y óbice. Palabras hermosas, sonoras, con una etimología curiosa, que, sin duda, debemos usar más a menudo para recuperarlas de verdad. Ya sabéis que este club nació hace mucho tiempo con el objetivo (quizá quimérico) del uso real de las palabras rescatadas. Hay que utilizarlas.

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2 respuestas a “El club de las palabras perdidas: embelesar, apolíneo, óbice

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