El jardín del sur

Anécdotas de mierda que han marcado a la humanidad.

Es este un libro muy divertido, la verdad. Lo he pasado muy bien durante su lectura. También es un libro de consulta que puede ayudarnos a la hora de explicar determinados detalles, si es necesario, en diferentes textos que escribamos. Por eso, no lo dejéis muy lejos en la estantería porque es probable que recurráis a él de vez en cuando, ya que el recorrido escatológico que hace su autora, la historiadora Alejandra Hernández, conocida en redes por @tcuentounahistoria, es todo un viaje.

Hernández nos invita a ir con ella de excursión escatológica por diferentes épocas y lugares de la historia como las letrinas de Roma, las tinas de Cleopatra, el después de las juergas en Versalles o las toilettes de lujo, y lo hace a través de un lenguaje sencillo, divertido y lleno de anécdotas curiosas. Una manera entretenida y amena de conocer esas otras cosas que uno se pregunta cuando pasea por casonas, palacios y castillos de reyes y nobles, convertidos hoy en museos, y que nadie te suele contar. Salvo en El Escorial, donde la guía, al menos cuando fui a visitarlo en 2015, sí te lo explicaba. Eso y todo lo que tenía que ver con partos y enfermedades. Muy interesante.

El tono en el que está narrado el libro hace que cada una de las historias, esté dedicada a Montezuma o a Isabel II, no se te olvide. Chismes protagonizados por conocidos personajes históricos que te hacen reír y que, de igual forma, te dejan pasmado y con la nariz arrugada pensando aquello de no me lo puedo creer. ¿De verdad? Pero cómo era posible que… Sobre todo, por ejemplo, en lo relacionado con los diferentes usos terapéuticos que le atribuían a la orina. Algunos realmente grotescos. Así, en muchos capítulos, la risa y la curiosidad son un hilo conductor que se va turnando para que lo contado no te suelte hasta el final de cada sección.

Uno de los capítulos más interesantes, a mi juicio, es el titulado ‘Aquí huele a muerto’. También el dedicado a Versalles y, por supuesto, el de las anécdotas cortas incluido en la parte final del libro, como si fuera una especie de bonus track. En este apartado, la autora hace un repaso en el que nos cuenta detalles menos extensos, pero igual de perturbadores, sobre suciedad e higiene como lo relacionado con las curiosas, por calificarlas de un modo discreto, pelucas de Carlos II de Inglaterra, el motivo por el que se llama verde isabelino al verde isabelino, las manías de Felipe V con las uñas o el tratamiento de la menstruación en la época victoriana. Muy interesante.

Un libro que se lee poco a poco —así al menos lo he leído yo, he de reconocer—, pero no porque sea pesado o aburrido, sino porque es mejor fraccionarlo para que no se te haga corto. Cotilleos históricos y sociales, limpieza, cuidado personal, higiene y principalmente suciedad y mugre; mucha mugre. Quizá por tal motivo no sea un libro apto para todos los gustos, cierto, pues tiene que no darte aversión o repulsión lo escatológico de la vida (a pesar de estar contado con gracia y cuidado). Por tanto, en caso de que estos temas te parezcan uno más a tener en cuenta en el amplio abanico de la historia, este libro te gustará. El humor y el costumbrismo, así como la humanización de ricos, reyes y poderosos de otros siglos, lo convierten en una lectura divertida, fácil y muy entretenida.

Sinopsis: ¿Sabías que el olor de la estancia de Juana de Castilla debió ser tan espantoso que pensaban que había sido poseída por el demonio?, ¿que los aztecas veneraban a Moctezuma con vasijas de oro repletas de piojos? ¿que Isabel II fue una de las reinas que puso de moda el mugriento verde isabelino? o ¿que los romanos discutían sobre los problemas del Imperio en el retrete?

¡Ay, la higiene! Un tema tabú para muchos de nuestros antepasados y un lujo reservado para unos pocos. O eso es lo que te han contado, porque la visión que se ha tenido de la limpieza y la salubridad a lo largo de los siglos ha sido igual de cambiante que la propia historia de la humanidad.