El jardín del sur

Tenía pendiente volver a leer a Charlie Donlea tras la experiencia un tanto ambivalente que me dejó la lectura de El crimen del lago, cuyo desenlace me generó una sensación extraña; como si la trama hubiera seguido un camino muy marcado para, en el último momento, desviarse demasiado hacia a un final sin justificación. Al acabarlo, me quedé con la duda de si esa manera de terminar y cerrar una historia era una característica habitual del autor o simplemente algo de esa novela en concreto. Por tal motivo, cuando leí la sinopsis y el título sugerente de la novela de la que hoy os hablo, pensé que quizá era el momento de averiguarlo.

El punto de partida de La casa de los suicidios es potente y oscuro. Un internado elitista, adolescentes que mueren en circunstancias sospechosas, trenes y monedas, rencor, familias y secretos enterrados bajo capas de silencio. Es un cóctel que, bien manejado, resulta irresistible para quienes disfrutamos de los thrillers; y, en este caso, a diferencia de El crimen del lago, Donlea lo hila con eficacia desde el principio hasta el final. Por lo que, después de leer La casa de los suicidios, puedo decir que aquella impresión de final acelerado (incluso un tanto inverosímil) que me había quedado en mi primer acercamiento al escritor estadounidense fue más circunstancial que representativa de su estilo. En esta novela, el final está bien trabajado y es más que satisfactorio.

Además de esto, otro de los aciertos del libro es su estructura. Ya sabéis que me fijo mucho en ellas. Me gustan las historias con costuras bien hechas —con independencia de que luego su trama me satisfaga más o menos— en las que cada elemento narrativo tiene un propósito y las piezas encajan sin necesidad de forzarlas. Y eso es lo que he encontrado aquí. El relato se desenvuelve con fluidez, alterna tiempos y perspectivas sin generar confusión, cosa que agradezco mucho porque lo de los saltos temporales (mal hechos, innecesarios, exagerados, farragosos, etc.) es una plaga sobre la que toda la profesión deberíamos reflexionar seriamente.

Así, La casa de los suicidios es un libro que cumple con lo que promete: engancha, entretiene y nos mantiene en vilo hasta el final. Donlea administra bien el suspense, genera una sensación de alerta constante y provoca ese deseo de no dejar de leer hasta descubrir la verdad. Es un narrador hábil y sabe cómo atrapar al lector. Fácil de leer y escrito con solvencia, es perfecto para los amantes de los thrillers con ritmo y sustancia.

A mí me ha gustado. Sus historias son perfectas para desconectar y dejarse atrapar por el suspense.

Sinopsis: El internado Westmont es un prestigioso instituto en el que las expectativas son altas y las reglas, estrictas. Pero en el extremo más alejado del bosque que rodea al edificio principal se encuentra una residencia abandonada, conocida entre los estudiantes como punto de encuentro nocturno. Allí solo hay una regla: no dejes que tu vela se apague, a menos que quieras que el “Hombre del Espejo” te encuentre.

Hace un año, dos estudiantes fueron brutalmente asesinados en ese lugar. Desde entonces, el caso se ha convertido en el elemento principal de un exitoso pódcast, La casa de los suicidios. Todavía quedan muchas preguntas por contestar. ¿Por qué algunos estudiantes que sobrevivieron a esa noche han vuelto al lugar para suicidarse?La investigadora Rory Moore, especialista en casos sin resolver, y su compañero Lane Phillips, reconocido psicólogo forense, inician una apasionante investigación que los conducirá por caminos mucho más siniestros y terroríficos de los que en un principio habían sospechado.