
Título: Aquí todos somos buena gente
Autora: Ashley Flowers
Destino (2024)
Páginas: 416
Un caso sin resolver. Una obsesión peligrosa. Un pueblo lleno de secretos.
Ashley Flowers, conocida por sus podcast de true crime, debuta en la novela con Aquí todos somos buena gente, un thriller basado en hechos reales que entra fácil, avanza rápido y sabe sostener la tensión. No hay florituras y promete lo que cumple que no es otra cosa que entretenimiento y suspense hasta el final. Flowers es la presentadora de Crime Junkie, que es un podcast semanal sobre crímenes reales que cuenta con cerca de 10 millones de oyentes a la semana.
El libro que nos ocupa, y que en Estados Unidos ha vendido más de 800.000 ejemplares, está basado, como os comentaba, en un caso real y, a mi juicio, está construido sobre la estructura clásica de un guion radiofónico que después ha sido convertido y transformado en novela. Eso tiene como consecuencia una mayor facilidad de lectura, diálogos más sencillos, menos texto complementario y/o descriptivo y una lectura más ágil. También una mayor sensación de rapidez lectora y de suspense. Yo, he de reconocerlo, he estado muy enganchada a este libro; pensaba en su historia a todas horas y buscaba ratos para leerlo. El suspense está bien conseguido y la trama, así como los personajes, logrados.
Tenemos una desaparición, la muerte inexplicable de un niña, un pueblo pequeño y un ambiente opresivo que lo envuelve. Una periodista que busca la verdad en un lugar en el que todos se conocen y todos callan algo, lo que combinado con un buen ritmo hace que la historia funcione muy bien. El misterio está dosificado adecuadamente y la escritura, sencilla y eficaz, evita distracciones. El resultado es una lectura ágil que mantiene el interés de principio a fin; y es en el final donde, quizá, podría darse cierta controversia y sentimientos encontrados.
Desde un punto de vista visual, el desenlace es perfecto. Tiene ese aire de escena final de serie o película; es decir, impactante, oscuro, bien ejecutado, que se va a negro y te deja sin respiración. A mí, en ese sentido, me parece un acierto. Es un final que se queda contigo, no lo vas a olvidar, y que acompañado por un epílogo cierra la novela de forma adecuada. Ahora bien, narrativamente, hay una ruptura con el tono anterior de la historia, lo que puede provocar desconcierto. Hay un giro —necesario y a mi parecer bien planeado— que descoloca y no porque esté mal, sino porque no es lo habitual. Nos hemos acostumbrado tanto a que las cosas ‘deben’ acabar de una manera determinada que, si no es así, parece que algo nos chirría cuando, en realidad, la verosimilitud de una historia, a veces, nos lleva por los caminos que menos nos gusta recorrer. Y no puedo decir más porque no quiero estropearos la trama si decidís leer el libro. Es un final que genera debate porque obliga al lector a recolocar todo lo que había leído hasta ese momento.
Así, Aquí todos somos buena gente es un thriller efectivo, que cumple su papel de entretener sin caer en lo típico y que, para bien o para mal, se atreve a cerrar la historia con una nota distinta. No es perfecto, pero tampoco lo es la vida, y quizá por eso funciona.
Sinopsis: Margot Davies, desde niña, ha vivido atormentada por el caso de la pequeña January, una amiga de la infancia cuyo asesinato nunca fue resuelto. Veinte años después, convertida en periodista, se ve obligada a volver a su pueblo natal, un lugar opresivo del que siempre quiso huir, para cuidar de su tío enfermo. Poco después de su regreso, otra niña desaparece en circunstancias similares a las de January, y Margot deberá cubrir el caso para su periódico. Sin embargo, obsesionada por los fantasmas del ayer, decide investigar ambos casos en paralelo, enfrentándose a una comunidad que no quiere remover el pasado. Cuanto más profundiza en su investigación, más resistencia encuentra y más lejos se siente de la verdad. ¿Está su obsesión llevándola a cometer errores en su trabajo, o está realmente tras la pista de un asesino? ¿Qué riesgos corre al desenterrar secretos ocultos durante más de dos décadas?
Inspirada en un caso real, Aquí todos somos buena gente es un thriller inquietante y lleno de tensión que plantea la perturbadora pregunta: ¿de qué son capaces nuestros vecinos cuando piensan que nadie los observa?
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