«Una trama tan seductora como la prosa que la envuelve».
Quiero compartir algo estupendo con vosotros. Mi última novela, Hasta morir la muerte, apareció en el especial ‘Culturas’ del diario ‘El Comercio’ dedicado a los libros del año 2024.
Mari Belcha Maitia es más que la protagonista de Hasta morir la muerte. Su nacimiento, entre la escarcha exterior y el calor de la lumbre en el caserío Elurlore, marca el comienzo de una vida unida a la tierra y a los misterios de la naturaleza; y su nombre, Mari, tiene una importancia especial y profunda, pues rinde tributo a tres figuras fundamentales.
Las flores son muy importantes en mi última novela porque lo son en mi vida. Cada pétalo puede contar una historia y cada aroma puede evocar un recuerdo.
Hasta morir la muerte es una historia construida a través de todas las flores de mi niñez y de mi memoria. Dalias que son cuna y son mortaja. ¿Por qué digo esto? Porque estas flores me ayudan, desde niña, a crear e imaginar. Flores que simbolizan algo muy importante en la historia y pertenecen a Águeda Maitia, uno de los personajes más complejos que he construido nunca y es que, ¿sabéis una cosa? Esta novela no solo cuenta una gran historia compuesta por muchas pequeñas; cuenta vidas. Y cuenta muertes.
Octubre. Mes de misterio en el que las sombras se alargan y el viento acaricia los árboles para desnudarlos. Mes de otoñoque remueve espíritus cuando las hojas caen sin saber cuál será su destino; sin saber volar. Tiempo de conectar con lo desconocido y de encontrar la belleza que existe en la transformación de todo lo que nos rodea.