El jardín del sur

Los escenarios en una novela son tan importantes como los personajes o la trama. Cada lugar tiene su alma, su historia. Por eso, hoy quiero compartir algunos de los que forman parte de Hasta morir la muerte. Son los que pertenecen al escenario principal en el que está ambientado el libro.

Oquendo y su verde; el caserío Elurlore, inspirado en el de mi abuela (ahí estoy junto a mi hermano al lado del bebedero de la entrada y del rosal, tan importante en la historia); la subida a las ruinas de Atxaga (ese camino lleno de avellanos y un muro que apenas lo dibuja, por el que la vida y la muerte se entrelazan); la Ermita de San Prudencio, con su campa delantera. En realidad, la ermita está dedicada a San Prudencio y San Esteban, pero por una cuestión estética y de detalles de la trama (que no puedo desvelar) en la novela se la quité a San Esteban.

Estos escenarios, solo unos pocos, como os digo, son los que pertenecen a Oquendo, pero en futuras entregas os enseñaré otros, también importantes, que están en Gijón (Asturias), en la carretera de Laguardia (Álava), etc. Este último, de hecho, os gustará mucho. Palabra.

Ahora os invito a recorrerlos y a descubrir que los secretos más oscuros se esconden en las sombras de lo conocido. ¿Os apetece?

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