
Hay libros que se leen y otros que se habitan
Hasta morir la muerte pertenece a los segundos.
Es una novela hecha de raíces, silencios, cicatrices antiguas y mujeres que resisten aunque se rompan.
Tiene algo de leyenda y algo de herida. Huele a caserío y tierra mojada; a flores oscuras que crecen en lo invisible y a misterio.
Durante años, fue solo mía. La escribí despacio, con el cuerpo, la memoria y el alma que a veces se me escapaba entre líneas. Cuidé cada palabra, sombra y recuerdo que me dejé en ella. Fue un proceso largo, íntimo, pero también fue un hogar.
Hoy ya no me pertenece. Hoy descansa sobre mi cama y te espera a ti porque hay historias que no buscan ser solo contadas, sino compartidas.
Entrada publicada también en mi web
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