
Título: El libro de la forma y el vacío
Autora: Ruth Ozeki
AdN (2022)
Páginas: 592
Precio papel: 23,50€
Precio digital: 10,49€
Es esta una obra que me ha sorprendido. Me costó, he de reconocer, hacerme con ella, meterme en la historia, pero, una vez dentro, como digo, me ha sorprendido. ¿Por qué? Quizá porque no me esperaba que fuera un libro el que me hablara. Es uno de los mejores narradores con los que me he topado, y de los más originales. El otro narrador es uno de los protagonistas, un niño con problemas familiares que oye voces. Oye, en realidad, lo que las cosas piensan y sienten, incluidos, por supuesto, los libros. De hecho, el libro que leemos es su libro; el de su vida, pero con los pensamientos y opiniones del propio libro narrador sobre cada hecho que se cuenta.
Otra de las cosas por las que me ha sorprendió es por la trama en sí. Mezcla de historia de vida familiar, que en principio se nos puede antojar típica, y de viaje hacia el autodescubrimiento y la superación de traumas y, sin embargo, es a su vez una oda a la importancia de las palabras y a la fuerza que estas tienen tanto para enfermar como para sanar. La importancia de saber callar y también el peligro de callar demasiado porque en ocasiones es necesario gritar. Y gritar bien alto.
#Ellibrodelaformayelvacío, de #RuthOzeki, es un viaje hacia el autodescubrimiento y también una oda a la importancia de las palabras y la fuerza que estas tienen tanto para enfermar como para sanar. @AdNovelas #Críticaliteraria completa en #ElJardíndelsur
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Ganadora del ‘Women’s Prize for Fiction 2022’, Ozeki nos sumerge en un universo borgiano. Y es que Borges y su cuento El Aleph son, en parte, hilo conductor de la historia —o tal vez sería más correcto decir uno de los hilos conductores, puesto que este libro está tejido con muchas hebras—. Realismo mágico que se fusiona con la novela contemporánea dramática y que trata muy diferentes aspectos de la vida. Así, en el libro se habla del amor, la pérdida, el olvido, el planeta y su destrucción, el arte, el trabajo y la salud mental, la literatura y los escritores. Sí, también hay un hueco para ellos, para nosotros, en sus páginas.
Hay quien asegura que esa prodigalidad temática anula parte de la creatividad que desprende del libro, pero yo no lo veo así. Creo que a pesar de que, sí, es cierto, se tratan gran cantidad de temas, no arruina la trama principal o el mensaje que se quiere transmitir sobre la trascendencia de decirse la verdad, de quererse y, sobre todo, de saber perdonarse. Porque, posiblemente, al tema sobre el que pivotan todos los demás sea ese: el perdón.
Si bien, cada uno lee el libro y lo interpreta en función de sus experiencias, el momento vital en el que se encuentra y muchas otras circunstancias. Por eso, cada libro es único y a la vez no lo es. Cada libro son muchos libros en función de las manos en las que cae. Creo que se entiende lo que quiero decir, pero quien mejor explica esto es el propio libro narrador de esta singular novela. Frase con la que voy, además, a concluir esta crítica. Nos dice:
«Los libros somos Uno y Muchos, una pluralidad siempre cambiante, un flujo incorpóreo. Mutando y cambiando de forma salimos al encuentro de tu ojo en forma de marcas negras sobre una página, o de tu oído en forma de explosiones de sonido. A partir de ahí, viajamos por vuestra mente y, por el camino, nos fusionamos y multiplicamos».
#Ellibrodelaformayelvacío, de #RuthOzeki, nos sumerge en un universo borgiano para transmitirnos la importancia de decirse la verdad, quererse y, sobre todo, saber perdonarse. @AdNovelas #Críticaliteraria completa en #ElJardíndelsur
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Sinopsis:
Un año después de la muerte de su querido padre, músico de jazz, el adolescente Benny Oh empieza a oír voces. Las voces provienen de los objetos que hay en su casa: una zapatilla deportiva, un adorno navideño roto, un trozo de lechuga marchita. Aunque Benny no entiende lo que dicen las cosas, sí percibe las emociones que transmiten; unas son agradables, como un ronroneo o un rumor suaves, otras en cambio son maliciosas, airadas y están llenas de dolor. Cuando su madre empieza a acumular cosas en casa de manera compulsiva, las voces se convierten en un clamor.
Al principio Benny trata de no hacerles caso, pero pronto las voces lo persiguen fuera de su casa, hasta la calle y al colegio, empujándolo en última instancia a refugiarse en el silencio de una gran biblioteca pública, donde los objetos tienen modales y hablan en susurros. Allí Benny se enamora de una fascinante artista callejera con un hurón por animal de compañía que usa la biblioteca como escenario para sus actuaciones. También conoce a un poeta filósofo sin hogar que lo anima a hacerse preguntas importantes y a encontrar su voz entre todas las demás.
Pero además se encuentra con su propio Libro, un objeto parlante que narra la vida de Benny y le enseña a escuchar las cosas que de verdad importan.