Cuento ‘Rojo’. ¿Se puede echar de menos lo que nunca se tuvo?

El Rojo es el cuento número ocho de El carácter peculiar de algunas cosas (UveBooks).

Este relato os gusta mucho. De hecho, es uno de vuestros favoritos.

Quizá sea por su ritmo. Sisea, como lo hacen las hojas en esta época del año, y por los secretos que guarda. ¿Propios o ajenos? Quién sabe.

Quizá sea por lo que nos hace sentir su lectura. Melancolía de lo no vivido. ¿Se puede echar de menos aquello que nunca se tuvo? ¿Y se puede imaginar tan vívido como si de verdad hubiera ocurrido? En el vídeo os leo su inicio…

Para aquellos que quieran saber más sobre la trama y los detalles del libro, he dejado una nota de prensa con toda la información disponible para descargar.

Os recuerdo que podéis haceros con vuestro ejemplar de El carácter peculiar de algunas cosas en la web de Uve Books, en librerías y plataformas online. Mil gracias por vuestro apoyo.


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2 respuestas a “Cuento ‘Rojo’. ¿Se puede echar de menos lo que nunca se tuvo?

  1. ¿Echar de menos lo que nunca se tuvo? No. Para eso habría sido necesario tenerlo primero.

    Cuando hablamos de algo que nunca hemos tenido y de alguna manera lo deseamos, entra más en el campo del anhelo, del deseo o aspiración.

    En mi caso fue el Scalextric. Es un trauma que arrastro de niño y que no podré cumplir jamás. La empresa desapareció.

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    1. Hola, Carlos:
      Muchas gracias por el comentario.
      Entiendo tu punto de vista. «Echar de menos» requiere una posesión previa, pero yo sigo pensando que sí se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido. La clave está en que lo hemos poseído en la imaginación. Hemos soñado tanto con ello (sea un objeto, un juego o una experiencia vital), que esa promesa de futuro se vuelve tan real como lo son los recuerdos. Cuando ese futuro no llega o ya se ha convertido totalmente en pasado sin haberlo disfrutado, lo que se pierde es esa versión de nosotros mismos que habría vivido eso. Y la tristeza o melancolía por ese «yo» que nunca pudo ser o ese juguete que se quedó en el deseo, a mi parecer se vive con la misma intensidad que cualquier pérdida ‘real’. Así que, para mí, eso cuenta como echar de menos.

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