‘Sundial’ (Catriona Ward)

Título: Sundial
Autora: Catriona Ward
Runas. Alianza Editorial (2023)

Páginas: 320

¿Sabéis que Stephen King recomienda leer a Catriona Ward? Sí, lo hace y tiene razón. Un buen amante de género del misterio y terror, de lo perturbador, tal vez incluso del horror que asoma como los monstruos en las pesadillas, no puede perderse este libro o no puede perderse a Ward. Y voy a empezar esta crítica por el final. Pensaba, al haber leído su novela anterior, La casa al final de Needless Street, que esta vez iba a ver mejor los giros argumentales, los engaños de la autora, su trama al completo, y me iba a acercar al desenlace con todas las claves resueltas, pero, de nuevo, vaya, qué final. No me lo esperaba. Sí una parte, claro, la evidente y la que la propia Ward no oculta (no creo que sea su intención hacerlo), pero no el final completo. No lo he visto venir.

Es una novela, como toda la obra de la norteamericana, intrigante y turbadora. ¿Qué es real? ¿Qué no lo es? ¿Quién miente? ¿O mienten todos? ¿Por qué este personaje dice o hace esto? Y así se pasa uno toda la lectura, cautivado por una historia que es como un gran puzle. Tienes las piezas, pero algunas están boca abajo. Debes darles la vuelta para poder armarlo al completo.

Esta obra, a diferencia de La casa al final de Needless Street (2022), se aleja de los bosques y la humedad y nos lleva a Sundial, un gran rancho en el desierto de Mojave —en el que se estudia la agresividad de los perros para controlarla—, y el calor se convierte en un actor importante junto al resto de personajes: las hermanas mellizas Rob y Jack; las hijas de Rob; su familia en Sundial; su marido, etc. Y Sundial. Sé que está muy manido decir eso de que el lugar es un personaje más y admito que suelo evitarlo, pero lo cierto es que Sundial puede considerarse en esta historia, sin duda, una figura importante. Respira como los demás, siente y marca la trama. De hecho, es la trama.

De Sundial se huye y regresa con frecuencia y es el epicentro de toda la historia o de las múltiples historias que se entrecruzan en el libro. Una escrita por la propia Rob a modo de novela de fantasía. Tiene poco peso y creo que sirve para que la mente del lector descanse del ambiente opresivo generado por la historia principal. Desde mi punto de vista, se podría incluso haber prescindido de ella. Otra es el presente y está contada bien desde la perspectiva de Rob o desde la de su hija mayor Callie, con la que decide ir a Sundial cuando el comportamiento de esta empieza a convertirse en una preocupación. La última es el pasado y está contada por la propia Rob (se titula siempre ‘Rob, antes’). Esta parte, esta, el pasado, es la que más me ha gustado. En ella residen los aspectos más perturbadores y la verdad de toda la historia. Lo que sucede es que que no es una verdad fácil de encontrar.

Eso sí, por favor olvidad cualquier parecido con otras novelas en las que los tiempos se cruzan y descruzan. Aquí es todo un rompecabezas. Aquí cada detalle, nombre, mirada y suspiro tiene un porqué y una consecuencia. Hasta aquello que no vemos.

Sé que no os doy muchos detalles del argumento de esta novela más allá de retazos sueltos. Tenemos a una madre con su hija que va al desierto, a la casa donde creció, porque el comportamiento de la pequeña le preocupa. Tiene otra hija y un marido al que, en el fondo, detesta. Y tiene un pasado que está en ese desierto. Punto. No debo contaros más. Si lo hago, adiós sorpresa y adiós diversión. Solo debéis saber que es una buena historia que no terminaréis de encajar hasta el final.

Misterio y horror con una ambientación ciertamente opresiva en algunos pasajes, sobre todo a medida que nos acercamos al desenlace, que hace que la tensión narrativa no decaiga y la incertidumbre ronde de forma constante la mente del lector, que no puede dejar de leer porque quiere saber cómo, cuándo, qué, por qué. No entiende muchas cosas y quiere entenderlas. Lo necesita. No sabe muchas otras y quiere saberlas. También lo necesita. Y sí conoce algunas que, bueno, quizá cree que las conoce, pero ¿las conoce?

Una madre a la que ponemos en duda y una hija en la que tampoco confiamos del todo, pero con las que se conecta. También con otros personajes de difícil calificación, lo que crea una sensación de angustia, pues nos plantea preguntas incómodas sobre nuestra propia naturaleza. Y un lugar, Sundial, que parece tener vida propia. Estos ingredientes, en apariencia sencillos (nada más alejado de la realidad narrativa), y una trama tejida como un gran puzle, son los mimbres con los que Ward aborda, como ya ha hecho anteriormente, temas complicados como la enfermedad mental o el abuso, la familia, el abandono y el miedo. Y no solo el miedo a lo extraño. El miedo a la soledad.

En resumen, si bien su novela anterior me gustó más (cosa de los personajes, supongo) Sundial no desmerece. Ward ha creado un mundo oscuro y fascinante. Angustioso. Una historia que desafía al lector que sabe que algo más de lo que ve subyace bajo la historia narrada, pero ¿qué?

@Catrionaward ha creado un mundo oscuro y fascinante. Una historia que desafía al lector que sabe que algo más de lo que ve subyace bajo , pero ¿qué? @alianza_ed #Críticaliteraria completa en #ElJardíndelsur.

Sinopsis: Todo lo que Rob quería era una vida normal. Y casi la consigue: un marido, dos hijas, una bonita casa en las afueras. Pero bajo este barniz de normalidad, Rob teme por sus hijas: por Callie, que colecciona pequeños huesos y susurra a amigos imaginarios; por Annie, y lo que Callie podría hacerle. Rob ve en Callie algo oscuro que le recuerda a la familia que dejó atrás y decide llevar a Callie a Sundial, la casa de su infancia en el desierto de Mojave. Callie tiene miedo a su madre. Rob ha empezado a mirarla de forma extraña, a contarle secretos de su pasado que la inquietan y la excitan. Y Callie empieza a preguntarse si una de las dos no saldrá viva de Sundial.


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