
AMOR NOCTURNO
En Whitehall, Laura siempre soñaba con un amor del pasado. Cada noche, su amante la envolvía en sombras carnales. Qué maravillosos eran sus besos, y sus caricias. En su último sueño, él le regaló una llave de plata y un secreto. Despertó así con el frío tacto del metal en la palma y un deseo irrefrenable de subir al desván, donde encontró un viejo diario. En sus páginas él confesaba el amor que por ella sentía y en la carilla final, nerviosa, Laura se topó con un epitafio.
Tras leerlo, la joven bajó hasta la cripta de la casa y, con la llave recibida durante la noche, abrió sus puertas. Allí encontró el epitafio. Allí encontró… ¡Su propia lápida!
Laura lloró. Lloró al descubrir que yacía junto a su amado, en la eternidad, y que sus sueños de amor nocturno solo eran, en realidad, los recuerdos de una muerta.
Copyright © 2024 Verónica García-Peña
Descubre más desde El jardín del sur
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.