Confieso: mis tres libros imposibles

Hoy va de confesiones. Os voy a decir, aquí, entre amigos, tres libros que no he podido acabar de leer, por mucho que lo he intentado. Ellos han acabado conmigo. Algunas son obras de esas que todo el mundo dice que hay que leer, y sí, quizá así sea, pero yo no he podido. Lo reconozco. Lo admito. No sé, quizá más adelante, cuando sea más vieja, consiga acabarlas. Y no me avergüenzo de ello. Tal vez quede mal al decir que no he leído este o el otro libro, pero, oye, ¿qué le vamos a hacer? Son cosas que pasan.

Ahí van:

Ulises de James Joyce.

ulisesNo sé qué me pasa con este libro. Lo intento cada cierto tiempo y siempre fracaso. Lo curioso es que cada vez que lo vuelvo a tener entre las manos, al empezar a leerlo de nuevo, es como si nunca hubiera leído ni una sola página antes. Si ahora me preguntaran cualquier cosa sobre la obra (protagonista, trama, ambiente, etc.), no sabría responder a nada. Es para mí todo un misterio.
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Frente a la página en blanco

Seguro que en más de una ocasión has tenido que enfrentarte a una página en blanco difícil de tratar. Con ideas en la mente que vuelan sin control, pero incapaz de plasmar nada sobre el papel. Días en los que te sientas delante del ordenador o de un cuaderno y por mucho que lo intentes, no hay manera de trazar nada digno (o eso, al menos te parece). Y es que la musa es caprichosa y aunque se la llame a gritos, hace oídos sordos a la petición de ayuda.

En esos días de bloqueo, uno se siente mal. La inspiración parece haberse evaporado y llega la ansiedad e incluso, a veces, la obsesión puesto que basta que no puedas escribir para que más ahínco pongas en redactar cualquier cosa. Pues, bien, mi consejo es bien sencillo, uno de los más repetidos por los expertos y el que en muchas ocasiones sigo yo: olvídalo.

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