El ángel negro (Segunda parte)

Con cautela, cuatro cartas fueron giradas desvelando el misterio que ocultaban. Una a una, fueron colocadas sobre un pequeño atril correspondiente al jugador y dictaron su sentencia.

Buena o mala. Justa o injusta. Allí estaba.

Carta roja: 35-40 años

Carta amarilla: pelirroja

Carta blanca: joya

Carta negra: india

La jugada no era la mejor; no era satisfactoria. El resultado no apuntaba optimismo. Difícil de localizar.

Al ángel negro le hubiera gustado gritar, lanzar los dados contra la pared o levantar el tablero de un manotazo, pero se contuvo. Guardó su malestar, su nerviosismo y su rabia, y lo escondió en lo más profundo de su ser. No podía mostrar debilidad frente al resto de jugadores. Además, se le había ocurrido una idea.

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El ángel negro (Primera parte)

Los cuatro dados, dos azules, uno blanco y otro negro, con sus aristas redondeadas y tras un soplido irracional de pedida de suerte, como si el lugar fuera un casino, rebotaron con calma sobre el tablero. Giraron varias veces sobre sí mismos ante la expectación de los presentes, solo cinco personas pues no era un juego apto para débiles de corazón o de mente. No se permitía la duda o la vacilación. Tampoco el abandono.

Los dados rodaron hasta acabar, por fin, mostrando el destino a su lanzador. Los azules marcaron seis y dos. El blanco indicó uno y el negro, cuatro. Esos eran los números a avanzar por las tres diferentes y dispares líneas de casillas del tablero. Tres curvadas y tortuosas sierpes que se enredaban y enmarañaban entre ellas como serpientes en plena cópula.

La primera línea, añil, imprimía el tiempo. Cercano o lejano. Mucho o poco. Lapso temporal siempre con un principio y un final inexcusable y limitado. Se comenzaba ese día en el que los dados giraban, rebotaban y dictaban sentencia. Luego, el destino marcado por ellos revelaba cuándo se terminaba.

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Publicación «El ladrón de sueños», finalista Premio Planeta

El ladrón de sueños (Verónica García-Peña)Orgullosa os presento mi tercera novela, El ladrón de sueños, finalista del Premio Planeta 2015, que acaba de salir a la venta en Amazon.

Ambientada en la posguerra española, en el Logroño de los años 40, El ladrón de sueños nos cuenta la historia de un detective de provincias que tendrá que investigar varios casos que cambiarán su vida para siempre.

Contratado por una madame de la ciudad, deberá encontrar a la hija que ésta entregó muchos años atrás y, además, a petición de una joven, investigar qué se esconde tras un extraño escritor que con su obra ha conseguido que la muchacha dude de sí misma y de la realidad que la rodea. ¿Pueden hacer eso los libros?

Ambos casos le llevarán a descubrir la importancia de las palabras, el amor y la desgracia. Todo ello rodeado de un misterio relacionado con una familia de la ciudad sobre la que recae una terrible y oscura maldición.

Con ciertos toques de romanticismo gótico, El ladrón de sueños es una novela donde se juega con la presencia del lector haciéndole partícipe de una trama llena de misterio, historia, amor y sorpresas, muchas sorpresas.

La novela, apostando por las nuevas plataformas de edición, está a la venta en Amazon tanto en formato digital como en papel.

Podéis encontrar más información sobre la novela en: www.veronicagarciapeña.es

La compradora de almas

—Buenas tardes. Me llamo Cristina Rojo y soy asesora de “Comparte tu Alma”. —Lo dijo de carrerilla. Llevaba muchos años repitiéndolo—. Llamaba por si pudiera estar interesada en la posible venta de su alma.

—Yo… —dudó su interlocutora—. El alma es algo muy serio y yo no quiero venderla.

—Lo comprendo. Sé que es difícil desprenderse del alma, pero quizá tiene algún sueño que cumplir.

Siempre había un sueño. Siempre.

—No necesito nada y no voy a vender mi alma —y, de la misma, colgó.

Cristina suspiró y la tachó de la lista. Llevaba cinco rechazos esa tarde. Las almas ya no se vendían como antes. Los buenos tiempos se habían desvanecido. Tenía que completar un mínimo mensual o, de lo contrario, adiós al trabajo. Le faltaba una para cumplir el objetivo. Solo una. Dejo la lista y el teléfono, y salió de la oficina a fumar un cigarro.

Frente a la puerta principal, observó a sus compañeros a través del cristal. Todos parecían felices y contentos. Bromeaban y hacían firmar ventas de almas a personas que, de seguro, no lo necesitaban. ¿Vender el alma por un coche o unas vacaciones? ¿En verdad era necesario cumplir esos deseos? ¿Cuánto, de verdad, vale el alma?

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Tres años de blog

Ayer se cumplieron tres años desde que El jardín del sur vio la luz. Nació con una sencilla entrada en la que me presentaba y os explicaba el objetivo de este espacial portal cultural. Desde entonces ha llovido mucho, y en este tiempo he publicado más de 235 entradas que tratan de muy diversos temas (lecturas, escritura, publicar, fotografía, televisión, ortografía, palabras olvidadas, etc.) y que entre todos se han compartido más de 4.000 veces. Igual que las críticas literarias, donde hemos hablado de 90 libros de todas las clases. Hemos caminado por distintas historias y nos hemos perdido por Italia, Inglaterra, Estados Unidos, Suecia, Finlandia, España, Francia… Hemos viajado mucho, ¿verdad?

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