El jardín del sur

Hoy celebramos el Día de las Escritoras que, en esta edición, está enfocado a la conexión de la mujer con el mundo rural. Esta celebración tiene lugar, como es tradición, el lunes más cercano al 15 de octubre, fecha que marca el aniversario de la muerte de Santa Teresa de Jesús (1515-1582).

Este año, el lema seleccionado es: ‘La periferia de la periferia. Mujeres que miraron al mundo rural’.

¿Os gusta? A mí sí y mucho porque se trata de reconocer a escritoras que han centrado su mirada en nuestros pueblos y campos, explorando un universo muy rico y lleno de escenarios, personajes, características… que supuran buenas historias. Me encanta la idea de sumergirnos en la cultura y subcultura rural, ya sea como escritora o como lectora. Pienso en Elizabeth Gaskell y su novela costumbrista, Diane Setterfield (pronto habrá crítica de uno de sus libros en el portal), Josephine Johnson y su maravillosa Ahora en noviembre y también otras, algunas de las que ya os hablo mucho a lo largo del año como las Brontë u Oates, y otras de las que quizá lo haya hecho muy poco, como de Edna O’Brien.

Cada una tiene su propia voz y, a través de sus obras, nos adentramos en historias que no solo exploran la vida rural, también temas comunes para todos, universales de hecho, como la resistencia, la comunidad y la búsqueda de identidad en un mundo que cambia sin descanso. Historias llenas de matices que enriquecen nuestro entendimiento.

Y me vais a permitir (me sonrojo, no puedo evitarlo, pero necesito decirlo) que me felicite porque me siento muy contenta de pertenecer a esas escritoras que deciden arriesgarse y escribir sobre la periferia de la preferiría, aunque yo prefiero llamarlo ‘escribir en y sobre los márgenes de las grandes historia por todos sabidas’.