La ortografía sí es importante

Hace unos días salió en los medios de comunicación una noticia muy interesante en la que se nos informaba de que a más de la mitad de los aspirantes a bombero de Burgos se le había suspendido por faltas de ortografía. Una vez hecho público este asunto, la polémica estaba servida.bomberos

La ciudadanía se dividió en dos bandos, como siempre, y las redes sociales empezaron a arder. Por un lado estaban aquellos que defendían que esto de la ortografía era y es una verdadera tontería porque para apagar incendios no es necesario escribir bien. Este fue uno de los argumentos más utilizados. Y por otro lado, estaban todos aquellos que lo veían como un toque de atención sobre la falta de interés por nuestro idioma y el preocupante nivel del sistema educativo español (se supone que las cuestiones suspendidas correspondían a un nivel de la enseñanza obligatoria básica que todos debemos haber hecho, incluidos los bomberos). Sigue leyendo «La ortografía sí es importante»

Publicidad e idiomas

De un tiempo a esta parte, son muchos los anuncios de todo tipo que optan, cada vez más, por vender sus productos en idiomas extranjeros. Y no seré yo la que diga que aprenderlos esté mal, por supuesto que no, pero empieza a ser una costumbre que a mí, personalmente, me da un poco de no sé qué. Nuestro lenguaje, el español, es muy amplio y bonito. ¿Por qué no utilizarlo? ¿Por qué sustituirlo por otro ajeno?

Perfumes, coches, ropa, cosmética… Cada vez hay más empresas que prefieren hablarnos en inglés o francés, con voz sugerente, sobre todo en la parte final del anuncio. Escuchamos sin inmutarnos, ya nos hemos acostumbrado, pour homme, for woman, just do it, the power of dreams, simply clever, etc. Y además, lo curioso es que lo oímos y sabemos de qué nos hablan. Han conseguido su objetivo. Conocemos si es ésta o aquella marca; si es colonia o maquillaje; si es ropa o joyas. Y lo sabemos y lo compramos. Pero yo me cuestiono si las ventas de esos productos están realmente asociadas al idioma. No me lo termino de creer.

¿De verdad compramos más o menos si nos lo dicen en francés o en inglés en lugar de usar el castellano? ¿Nos parece más atractivo un producto por el idioma? Sigue leyendo «Publicidad e idiomas»

Dime cómo se llama tu red wifi y…

Yo vivo en Logroño, La Rioja, en un barrio muy particular. Está a las afueras, se llama Cascajos y sus calles tienen nombres de grandes literatos y pensadores. Así hay vías dedicadas al ilustre Lope de vega, Ortega y Gasset, Baltasar Gracián o a Poeta Prudencio, por ejemplo.

En un barrio con esas características se me ocurrió mirar, curiosa que es una, el nombre de las redes wifi de sus habitantes por si el vivir rodeados de tanto buen hacer influía de algún modo en la denominación de sus conexiones a internet. Pensé en aquel refrán que dice: «dime con quién andas y te diré quién eres», pero un poco cambiado. Algo tipo: «dime cómo se llama tu wifi y te diré cómo eres».wifi

¿Os apetece daros una vuelta conmigo por mi barrio? Os garantizo que será divertido. Incluso, quizá, se os escape alguna carcajada porque he encontrado algunos nombres verdaderamente sorprendentes. Os adelantaré uno: SuperLopez

¿Sí? Pues empecemos. Sigue leyendo «Dime cómo se llama tu red wifi y…»

Spammer

silueta1Hace tiempo, en un país no muy lejano, vivía un joven escritor que tras muchas horas y horas de esfuerzo, lágrimas, lucha, malos sueños y mucho trabajo, por fin, un día nevado de diciembre, terminó una estupenda novela que tituló La habitación de abajo.

Con la obra terminada, corregida y mil veces leída, confiando en su suerte y sobre todo en su buen hacer pues sabía que su novela era buena, decidió mandarla a algunas editoriales. Hizo las copias oportunas, las encuadernó y, junto con una carta de presentación, mandó su manuscrito llenando los sobres también de ilusión y ganas de darse a conocer.

En su casa, ocupándose de otros asuntos, trabajando en nuevos y viejos manuscritos, esperó. Esperó durante meses hasta que un día, allá por el mes de marzo del año siguiente, le llegó una carta en la que se le comunicaba que una de las editoriales estaba interesada en su obra.

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