«El hombre de arena» (Kepler)

Título: El hombre de arena
Autor: Kepler
Planeta (2014)

El hombre de arenaYa antes os había hablado de Lars Kepler, cuando os comenté mi opinión sobre La vidente, y os había aclarado que Lars Kepler no existe. Es un seudónimo bajo el que se esconde una forma de escribir poco común. Tras el sobrenombre se encuentran Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, un matrimonio sueco de escritores que decidieron utilizar dicho seudónimo para mantener su anonimato cuando publicaron su primer libro (El hipnotista). Ahora, como ya es sabido quién está detrás del alias, a diferencia de lo que ocurría en los tres libros anteriores, en éste, el nombre del autor ya no es Lars Kepler, sino Kepler sin más.

El hombre de arena es el cuarto libro del matrimonio y forma parte de una saga cuyo nexo común es el comisario Joona Linna. Las tres novelas anteriores de la serie son (en orden): El hipnotista, El contrato y La vidente. La primera novela, El hipnotista, fue llevada al cine en el año 2012 por Lasse Hallström.

La novela comienza con la aparición de madrugada, tras años de secuestro, del joven  Mikael Kohler-Frost vagando sin rumbo por una vía de tren. Su desaparición junto a la de su hermana están vinculadas a Jurek Walter, uno de los asesinos en serie más peligrosos y mortales de la historia de Suecia. Walter lleva trece años encerrado en el módulo de máxima seguridad de un psiquiátrico y la policía nunca ha podido sacarle información para resolver sus crímenes ni dar con sus víctimas. Cuando el joven Mikael Kohler-Frost reaparece, todo cambia pues la idea mantenida durante años por la policía y por el comisario Joona Linna de que Jurek siempre tuvo un cómplice, se hace palpable.

Convencidos por ello y por la necesidad de rescatar a la hermana de Mikael que aún sigue secuestrada y que está gravemente enferma, el comisario Joona Linna y su equipo retoman el caso. Para sacar información a Walter, deciden tomar una decisión muy arriesgada: infiltrar en el psiquiátrico a Saga Bauer, la mejor agente del cuerpo, con la misión de ganarse su confianza y descubrir al cómplice.

A partir de entonces, la mente de unos y otros se verá sometida a una gran presión y deberá hacer frente a sentimientos y emociones que no saben si serán capaces de aguantar.

El hombre de arena, a diferencia de las anteriores novelas de la saga, se salta en cierto modo las reglas clásicas de la novela negra, ya que no comienza con un asesinato o con la investigación de un homicidio. Ese no es el eje vertebrador de la obra. En este caso, lo que se investiga y con lo que el lector se encuentra nada más empezar es con una serie de misteriosas desapariciones ocurridas años atrás que vuelven a retomar fuerza en el presente, y que hay que volver a investigar. Y con un asesino en serie despiadado, culpable de las mismas, que está encerrado, pero que todavía no ha dicho su última palabra. Esta novedad, que sí mantiene las principales claves de cualquier buen libro de misterio e intriga, dota a la novela de una acción más calmada, pero de una intensidad emocional mucho mayor.

Se puede volver a apreciar la capacidad que Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril  tienen para crear escenarios llenos de angustia y cierta sensación de ansiedad con descripciones muy bien hechas de los lugares y personajes. Sobre todo en las escenas en las que la policía Saga Bauer, que adquiere un mayor protagonismo en esta última novela, está encerrada en el módulo de máxima seguridad del psiquiátrico para sacar toda la información que pueda a Jurek Walter, aunque este, en realidad, no parezca ser su verdadero enemigo. Las escenas que se narran sobre los hechos que ocurren en ese lugar son muy opresivas e inquietantes, y se podría decir que hasta temibles.

De todas las novelas escritas por los Kepler, sigo manteniendo que La vidente es la que mejor consigue mantener la tensión y esas ganas de seguir leyendo sin parar hasta dar con la solución del caso, pero El hombre de arena no está nada mal.  También hay mucha tensión en ella y mantiene el interés con creces.

Con su particular manera de narrar utilizando un tiempo verbal presente, han creado una novela angustiosa y llena de terror humano. Una trama que se mezcla con el pasado de los investigadores y del investigado, y en la que retruena con fuerza la venganza de unos y otros.

A diferencia de las novelas anteriores, en El hombre de arena, los Kepler crean una última parte del libro donde nos dejan un final desconcertante, pero que se demuestra acertado por su mayor proximidad con el lector y la realidad.

Deciros que el título de la novela y algunas de sus características hacen referencia a El hombre con arena en el manguaco, el relato más célebre de E.T.A. Hoffmann publicado en 1817 en sus Cuentos nocturnos que son representativos del romanticismo negro o terror gótico. El matrimonio escandinavo utiliza parte del argumento del relato de Hoffmann para crear una novela misteriosa y muy, pero que muy angustiosa.


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