Título: Un cuento de Navidad
Autor: Charles Dickens
Salvat (1970)
Prácticamente es Navidad, por lo que no podía dejar de hablaros de una querida, estupenda y entrañable novela. ¿Cómo no hacerlo?
Publicada en 1843, Cuento de Navidad del incomparable y universal Charles Dickens es una novela corta que bajo ningún concepto podéis dejar de leer. Seguro que todos tenemos un ejemplar en nuestra librería por lo que no hay excusas.
El título original de la obra es A Christmas Carol que literalmente significa Villancico. Eso ya da una idea general de la blanca historia de la que va a tratar la novela.
El protagonista es el viejo señor Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y tacaño que no celebra la Navidad porque para él sólo hay una cosa importante en el mundo: el dinero. Lo demás son todo tonterías.
Una Nochebuena, Scrooge recibe la visita de un espíritu muy especial. El espectro de su mejor amigo y socio Jacob Marley, muerto siete años atrás. Éste le explica cómo lleva consigo una enorme y pesada cadena compuesta por las malvadas y mezquinas acciones de su vida. Unos infinitos eslabones que le acompañarán durante toda la eternidad. Le dice al asustado pero incrédulo Scrooge que él también está condenado por su crueldad y avaricia, y que su cadena será más larga y pesada. Pero no está todo perdido y le anuncia la visita de tres fantasmas de la Navidad que le darán una última oportunidad de salvarse.
Así, durante las siguientes horas, Scrooge ve desfilar ante sí la visión de los espíritus de las Navidades pasadas, presentes y futuras que le hablarán de su pasado, presente y futuro. Intentando conmover su corazón, le enseñarán quién fue, lo que es ahora y en lo que se convertirá.
Scrooge es un hombre terco y tozudo al que le cuesta dar su brazo a torcer y es reacio, incluso tras la visita del segundo fantasma, a asumir sus errores y rectificar su actitud. Será el fantasma de la Navidad futura, mudo y de carácter sombrío, quien le muestre lo más desgarrador y lo que hará que el corazón pétreo y avaricioso de Scrooge se ablande: el destino de los avaros.
Le enseñará su casa saqueada por los pobres, el recuerdo sombrío que sus amigos de la Bolsa de Valores tendrán de él, la muerte de Tim Cratchit, el hijo enfermo de su empleado Bob Cratchit, y lo más espantoso: su propia tumba. Ante esa última imagen, Scrooge se espanta de tal manera que intenta convencer al espíritu de que está dispuesto a cambiar. Algo se ha roto en su interior y no quiere seguir llevando esa vida.
Al final, el avaro y viejo Scrooge despierta y se convierte en un hombre generoso y amable.
Esta maravillosa historia llena de idealismo y de una entrañable nobleza, narrada en primera persona y dividida en cinco partes (cinco estrofas), es una de las novelas más hermosas que se pueden leer. No está pensada para niños, como se presupone, ya que es demasiado larga y compleja, y su lenguaje sería muchas veces incomprensible para ellos. Es más una historia para adultos que han dejado de creer en la bondad del ser humano y en la verdadera magia de la Navidad, que no es otra que el cariño. No el dinero y la abundancia; no la fortuna y el derroche. Eso es otra cosa.
Hay que tener en cuenta que Dickens, al que muchos tachan de demasiado idealista, soñador y utópico, vivió una era victoriana llena de mendicidad, prostitución y miseria agravadas por el colonialismo británico y el aumento exagerado de la población debido a la industrialización del país. Unas condiciones adversas y hostiles, míseras en algunos casos, llenas de infortunios para mucha parte de la población, que quiso combatir defendiendo una actitud más benévola y caritativa. Sobre todo con los que menos tienen.
La inquietud social transmitida por Dickens en la novela puede extrapolarse a nuestros días en los que vemos como unos tienen tanto y otros apenas nada. Un sentimiento hondo de pesar por las injusticias y las inmoralidades junto con un reconcomio por la redención porque existe la posibilidad de cambiar y enmendarse, hace que al leer Un cuento de Navidad a uno se le remueva la conciencia.
Con esta novela y algunas más que la siguieron, Dickens también consiguió algo que podría considerarse todo un logro. Revivió la Navidad en el Reino Unido, que había dejado de celebrarse durante muchos años. Primero debido a la prohibición de Oliver Cromwell, líder político y militar inglés muy controvertido catalogado tanto de dictador como de héroe de la lucha por la libertad, y después por una constante corriente que quería resaltar la realidad de los hijos de la revolución industrial.
Dickens consiguió, mezclando de una forma magistral la fábula, la risa y el miedo, volver a evocar la nostalgia de la Navidad haciendo que los lectores de Un cuento de Navidad quieran celebrarla y, sobre todo y ante todo, ser mejores personas.