Escribir en tiempos de pandemia: Shakespeare

William Shakespeare
William Shakespeare

Si os digo que durante periodos difíciles de pandemia se pueden crear obras maestras, de esas que trascienden épocas, lugares y vidas, quizá penséis que todo lo que vivimos me ha afectado, pero no deliro, os lo aseguro. Y digo esto porque William Shakespeare, por ejemplo, escribió El rey Lear y Macbeth, dos de sus obras más importantes, dos de los mayores clásicos de la literatura de todos los tiempos, durante una cuarentena. Eso, al menos, aseguran algunos de sus biógrafos.

Según esta teoría, que nos alienta y mucho, el dramaturgo y poeta inglés pasó por varios confinamientos debido a las terribles plagas y pestes del siglo XVI. La primera fue en 1592, tiempo que aprovechó el literato para escribir, entre otras, La violación de Lucrecia y el poema Venus y Adonis. Pero fue en 1606, con los teatros de todo Londres clausurados, cuando Shakespeare, de nuevo obligado a pasar por una cuarentena, trazó dos de sus mejores obras, El rey Lear y Macbeth. Para muchos expertos, este hecho sin precedentes convierte aquel tiempo horrible, paradojas de la vida, en uno de los más fructíferos y extraordinarios del autor al ser capaz de crear, en momentos tan oscuros, obras maestras que hoy siguen leyéndose y representándose en los teatros de todo el mundo.

El rey Lear, considerada una de las principales tragedias de Shakespeare, nos cuenta la historia de un monarca que decide dejar su poder y sus tierras solo a dos de sus tres hijas, Gonerilda y Regania, porque cree que la tercera, Cordelia, no le ha dado, a su parecer, suficiente amor. Guerras, ingratitud filial, locura y un final muy shakespeariano.

Estatua del Rey Lear
El Rey Lear

Macbeth —una de mis obras preferidas, he de confesar, y una de las más populares del dramaturgo inglés—, por su parte, nos relata la cruel historia de un sicario de Escocia en el siglo XIII, al que tres brujas le anuncian que llegará a ser rey. Eso provocará en él una terrible transformación. Apariencias, traición, muerte, ambición y poder. Qué gran obra. Si no la habéis leído, os lo recomiendo. Cualquiera de Shakespeare es un regalo para los amantes de la buena literatura, pero siento debilidad por Macbeth.

Estatua de Lady Macbeth
Lady Macbeth

Las enfermedades del siglo XVI y sus cuarentenas no solo ayudaron a Shakespeare a crear El rey Lear y Macbeth, también le influyeron, y aquí no hay espacio para a la duda, en el final de una de su obras más icónicas y conocidas, Romeo y Julieta.

Estatua de Julieta
Julieta Capuleto

En ella, Fray Juan, personaje encargado de hacerle llegar a Romeo la carta en la que se explica que Julieta en realidad ha fingido su muerte, es detenido porque sospechan que había estado en una casa donde reinaba la peste. Por tanto, es confinado y no puede entregar la misiva a tiempo. Así, la noticia de que Julieta está en realidad viva no llega a Romeo, quien se suicida. Después es Julieta quien se mata al despertar de su letargo y ver el cuerpo sin vida de su amado porque «nunca ha habido una historia más trágica/ que esta, la de Julieta y su Romeo».


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