El jardín del sur

Estos días se habla y mucho de la petición de retirada, por parte de la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña, del programa de Telecinco “Mujeres y hombres y viceversa” por hacer apología de la ignorancia. Sólo el motivo por el que se pide su retirada ya crea curiosidad, así que, pronto y bienmandada que es una, me puse a investigar, es decir, a verlo.

En alguna ocasión, al hacer zapping, había visto de pasada alguna escena del programa, pero sin prestarle mucha atención. La mayor parte de la información que poseía sobre él era de comentarios y críticas, a favor o en contra, por parte de terceros. Por eso, he visto el programa enterito varios días y debo decir que no encuentro las palabras adecuadas para calificar la sensación obtenida.

Alguien muy cercano utilizaría la palabra perplejidad, que le gusta mucho, y quizá sí sea la más adecuada. Perplejidad al ver un vocabulario tan escaso en jóvenes que han podido gozar de una educación (obligatoria hasta cierta edad para todos) y que se pasean por la televisión dando constantes patadas al diccionario sin ningún tipo de pudor. Pero, claro, lo del pudor es cosa aparte. Al pudor y la vergüenza habría que dedicarles otra entrada para ellos solitos. Y vergüenza, en realidad, la que uno siente al escuchar a esas personas expresarse como lo hacen sobre amoríos, citas, traiciones y besos. Parece una mala tertulia.

Sobre los gritos y lloros existentes en el programa, no voy a decir mucho. Tan sólo que cuando empiezan a chillar y a acusarse de cosas (incomprensibles muchas veces) se vuelve insoportable. O quitas el volumen o cambias de canal. No cambié porque estaba de investigación, pero tentación hubo.

Es curioso que las personas que acuden como público, los famosos que también andan por allí y los propios concursantes (ya sé que no son concursante propiamente dichos, pero es por llamarlos de alguna manera) sigan pensando y practicando esa idea absurda y ampliamente demostrada su inutilidad que dice que cuanto más grita uno, más razón tiene. Es como un corrillo cutre de señoras (digo señoras por lo de las porteras de antiguamente) aburridas que disfrutan hiriendo y humillando a todo el que se ponga a tiro y resulta que allí, están siempre a tiro. También se parecen, a mí me lo recuerdan, a una algarabía de monos en lucha por el territorio.

Sobre si hacen apología o no de la ignorancia, lo cierto es que no me puedo pronunciar. Sólo he visto un par de entregas del programa y algunos vídeos por internet lo que no me da argumentos suficientes para tachar de ignorantes o no a estos chicos. Mucha cultura, de ésa que se llama general, no he visto y debo reconocer que muy listos no me han parecido, pero es sólo una simple impresión. Quizá en otros programas hablan de cosas menos banales. Tal vez en otras ocasiones las conversaciones no son como las de unos adolescentes con las hormonas desbocadas porque oye, todos hemos sido adolescentes y todos hemos mantenido alguna vez conversaciones similares. Eso sí, con 15 o 16 años.

Y al margen de si son ignorantes o no, de si hablan bien o mal, de cómo se expresan o de si gritan o lloran, lo que a mí particularmente más perpleja, y vuelvo a utilizar la palabra, me ha dejado, es el mercadeo sin freno de seres humanos. Me explico. He tenido la sucia impresión de que aquello era como un mercado de vacas, pero de personas. Se exhiben, enseñan sus mejores atributos (pechos, sonrisas, melenas, bíceps, abdominales, culos…) y se venden. Así de simple. Y por cierto, a una vaca no se le pide ser inteligente, sólo que dé leche o que tenga buena carne, según sea el propósito del comprador.

Así que no sé si son ignorantes, pero sí sé que se quieren muy poco a sí mismos, que tienen unos traumas terribles muy mal llevados y que dudo de que vayan a encontrar el amor de su vida en ese programa porque ése es el objetivo del juego, ¿no? Aunque viéndolo, uno no tiene la sensación de que el amor fluya. Más bien parece estar ante un documental del mundo animal donde las hembras o machos, según especie, se exhiben y pavonean delante del macho o hembra alfa pera ser los elegidos y reproducirse.

En fin. ¿Qué más puedo decir? Sólo una cosa más. Cambia de canal.