Hoy, 1 de septiembre, El jardín del sur vuelve a abrir sus puertas. Un jardín lleno de flores, árboles y sendas que investigar. Un jardín repleto de hermosos rincones, aún por explorar, donde leer, escuchar, observar y conversar. Y, si queréis, si me acompañáis, convertiremos El jardín del sur en un espléndido paraíso donde las ideas, la imaginación y la creatividad no tengan límites.
Juntos contaremos historias y dejaremos a los sueños ser los protagonistas indiscutibles de este camino de baldosas amarillas. Porque sí. Porque quizá sobre el arcoíris exista un lugar donde todo sea más fácil, donde todo sea mejor. O no. Tal vez ese lugar lo llevamos cada uno dentro de nosotros y sólo debamos apartar los nubarrones que lo ocultan porque de cerrazones y bardas está el mundo lleno. Así que sonreíd, imaginad y soñad. Sacad un billete para este viaje y acompañadme. No dejéis que las nubes os oculten el camino.
Esta semana, en la reseña, nos subiremos a un tren. La que viene, quién sabe. Tal vez nos vayamos a Galicia a descubrir qué esconden las abejas o surquemos en kayak las islas suecas.
Hablaremos del fracaso y la incertidumbre, y también de la ilusión y la esperanza. Nunca hay que perder la esperanza. Intentaremos escribir y hablar mejor, y buscaremos en los recuerdos de nuestra infancia y juventud aquellos libros que nos ayudaron a creer. También leeremos con la televisión y navegaremos por la red en busca de cosas interesantes que contar y compartir.
Cerraremos los ojos ante enigmáticas imágenes para soñar lo que vemos y lo que imaginamos, y miraremos, en lugares misteriosos, a través de las cerraduras de puertas cerradas para descubrir el poder de la curiosidad y la observación. Secretos que se esconden a simple vista y que una vez descubiertos abren un mundo creativo indescriptible.
Y sorpresas. Habrá sorpresas.
Todo esto y mucho más os espera, si me acompañáis, en El jardín del sur, vuestro jardín sobre el arcoíris.
El jardín del sur 