El club de las palabras perdidas: faltriquera y miriñaque

Retomamos hoy el Club de las palabras perdidas y nos adentraremos, si os apetece, en la zona más profunda y oscura del diccionario para rescatar de su olvido un par de vocablos arrinconados por la memoria y la falta de uso que, en esta ocasión, están relacionados con el vestir.

Nuestro idioma tiene miles de palabras preciosas que por una cosa u otra —desconocimiento, vergüenza, olvido— no utilizamos y es una lástima. Aquí las recuperaremos y de esta forma, también, enriqueceremos nuestro vocabulario. Nunca hay que dejar de aprender. ¿Os apetece? Pues allá vamos. Las palabras de hoy son: faltriquera y miriñaque

Faltriquera (del mozárabe *ḥaṭrikáyra ‘lugar para bagatelas’), según la RAE:

  1. Bolsillo de las prendas de vestir.
  2. Bolsa de tela que se ata a la cintura y se lleva colgando bajo la vestimenta.

Esta palabra tan sonora —lo es, ¿verdad?— y poco usada, me la ha recordado Ramón Quintas Díez a través de Facebook. Es un vocablo que a mí, particularmente, me gusta mucho y que, de hecho, he usado y uso con frecuencia en mis escritos. Es hermosa, sonora y muy útil porque hay ocasiones en las que repetir bolsillo demasiadas veces en un mismo texto, habiendo palabras como esta, no solo queda feo, sino que puede convertir el relato en iterativo. No es, por tanto, una palabra en exceso desconocida, pero sí lo suficiente como para formar parte de este club.

Una anécdota. Cuando fui de viaje de estudios al extranjero en mi adolescencia, mi madre me hizo un faltriquera de tela para llevar el dinero bien guardado por debajo de la ropa y que nadie me lo pudiera robar. Seguro que más de uno las habéis usado, como yo, aunque no supierais que también se llamaban así.

Miriñaque (de origen incierto), según la RAE:

  1. Zagalejo interior de tela rígida o muy almidonada y a veces con aros, que usaron las mujeres.

Zagalejo (de zagal y –ejo), según la RAE:

  1. Refajo que usan las lugareñas.

Con esta palabra, miriñaque, ya veis que, en realidad, hemos aprendido dos porque zagalejo, la verdad, tampoco es un vocablo muy conocido. Ninguna está oficialmente en desuso, tampoco faltriquera, pero no se utilizan mucho. De hecho, creo que no sería arriesgado afirmar que su uso puede ser local en algunos casos y literario en la mayoría. De manera personal, así como faltriquera sí que la he empleado innumerables veces en mis escritos —y con gusto, he de admitir—, no es el caso de miriñaque o zagalejo. Estas dos no formaban parte de mi universo habitual de palabras, hasta hoy. Ahora prometo incorporarlas y espero que vosotros obréis igual. Son buenos términos para usar en la descripción, por ejemplo, del atuendo de una mujer que lleva este tipo de prenda.

Faltriquera y miriñaque. Dos palabras olvidadas que hoy hemos repasado y reivindicado. Dos palabras, además, muy sugestivas y sonoras. Os recuerdo que vosotros también formáis parte de este Club y que podéis participar con vuestras propuestas.

Más palabras perdidas Aquí.


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