Yo autopublico. Ya lo sabéis. No me da vergüenza decirlo. Soy de las que creen que una novela no es nada sin lectores y, por eso, si no encuentro una editorial adecuada para mis obras o no quiero, por los motivos que sean, publicar determinados libros con una, lo hago a través de la plataforma Amazon. No hay problema. Bendito invento.
Sin embargo hay escritores a los que sí les da sonrojo, y mucho, admitir o decir oficialmente que se autopublican y, por lo tanto, lo ocultan. Lo hacen gracias a editoriales que por una cantidad de dinero (en este caso no es gratis como en Amazon), publican sus obras de forma que en el apartado edición aparece una empresa y no la tan temida palabra “autopublicación”.
No es que no se pueda averiguar que se trata de una autopublicación ‒no es un secreto de estado‒, solo hay que entrar en las páginas oficiales de esas empresas y echar un vistazo a sus políticas, pero ¿creéis que los lectores entran en ellas? No, ¿verdad? Y ahí es donde veo cierto engaño.
Por todos es sabido que hay lectores ‒ afortunadamente, cada vez menos‒ que consideran que las novelas autopublicadas son de menor calidad que las publicadas de forma tradicional. Creen que no han pasado la criba necesaria, que tendrán peor corrección y maquetación y que, en definitiva, tienden a ser malas. Los que nos dedicamos a esto sabemos que tal cosa no es cierta y que en ambos tipos de publicación se dan casos de todo tipo. Anda que no he leído obras publicadas por grandes compañías editoriales en las que el corrector brilla por su ausencia o con una maquetación que deja bastante que desear. En la clase literaria de las obras, de las historias propiamente dichas, no me meto porque creo que ningún libro es malo. De todos se puede aprender algo. Es cuestión de gustos, estados de ánimo, tiempos…
El caso es que muchos lectores opinan de tal forma y para esquivar las críticas que ese pensamiento suele traer consigo o menores ventas, hay autores que optan por ocultar su autopublicación. Acuden a editoriales de pago que no dicen en ningún momento que ese libro ha sido autopublicado. Además, a este tipo de editoriales sí se les admite en librerías y se les deja participar en ferias de libros, firmas, presentaciones, etc. También consiguen críticas profesionales en medios de comunicación en las que nunca se dice que son novelas autopublicadas. Y a sus literatos se les invita a participar en semanas literarias, charlas, seminarios, coloquios, etc. Todo eso, doy fe, no ocurre con los autores de Amazon o plataformas similares cuando, en verdad, no hay diferencia real entre unos escritores y otros. Cuesta un mundo que se nos tenga en cuenta y son pocas las instituciones u organizaciones valientes que lo hacen.Os invito a fijaros en las editoriales que refrendan cada libro que caiga en vuestras manos o que veáis por internet y a echar un vistazo a sus webs. Veréis que muchas más de las que creéis, os lo aseguro, se dedican a publicar libros previo pago. Y cuando digo muchas, no estoy exagerando. Hasta las grandes empresas editoriales tienen sellos que se dedican a este tipo de publicación.
Así las cosas, desde mi punto de vista y sin menospreciar a esos autores ni a su trabajo, creo que no se está actuando de forma honesta. Se miente o medio miente al público. Es como si existiera una autopublicación de primera y otra de segunda. Una a la que agasajar porque permanece escondida (y se paga) y otra a la que denigrar porque es pública (y gratuita).
Reblogueó esto en solo DÍAZ DE TUESTAy comentado:
Desde EL JARDÍN DEL SUR, de Verónica García-Peña ;D
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Hola, Verónica:
Yo soy bastante crítica con estas editoriales (solo hay que darse una vuelta por blog para confirmarlo), porque la gran mayoría son empresas que imprimen libros. Y algunas lo hacen en cualquier estado: textos sin corregir, sin una cubierta decente (ya ni digo profesional, pero sí decente), con una maquetación espantosa que no invita a leer, etc.
Lo que más me molesta es que prometan acciones que no pueden cumplir o que digan que «tu libro estará en el Corte Inglés» cuando lo que en realidad sucede es que «el libro estará disponible en una plataforma online para que el Corte Inglés consulte si alguien lo pide». Creo que entre una frase y otra hay diferencia y suena distinto en los oídos de los autores: parece canto de sirenas, pero hay una gran desafinación. Así que hay que ir con mucho cuidado.
Saludos y buen fin de semana.
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