
En todas mis novelas, la lluvia está presente, sobre todo en las dos últimas. ¿Sabéis por qué? Porque tengo un recuerdo muy especial relacionado con ella que me acompaña siempre que escribo.
En invierno, cuando estudiaba en la universidad y regresaba de noche, me bajaba del autobús y el aire frío y la lluvia me golpeaban la cara. Esa sensación me decía que ya estaba en casa. Cuando escribo el tiempo que va a hacer en mis novelas, intento plasmar ese recuerdo en las páginas. Me gusta que algunos de mis personajes sientan esa emoción.
Reblogueó esto en Verónica García-Peña.
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