Las figuras literarias, también conocidas como figuras retóricas, son formas de utilizar las palabras de un modo no convencional, especialmente expresivas y que, por ello, se usan con frecuencia en obras literarias. Dotan de más belleza, expresividad y originalidad a los textos. Uno plano se convierte en algo más sugestivo, emocional y atractivo.
Hay muchos tipos de figuras y en esta primera entrada dedicada a ellas os hablaré de tres muy utilizadas: la metáfora, el hipérbaton y la onomatopeya.
Metáfora: Traslación del sentido recto de una voz a otro figurado, en virtud de una comparación tácita, es decir, el autor usa figuradamente el lenguaje para crear una analogía, comparación o semejanza entre dos ideas o conceptos. Así, una metáfora se compone de dos partes básicas. Por un lado, un concepto real (nombrado o no nombrado) y otro imaginario, con el que guarda algún tipo de analogía.
Por ejemplo: ‘como en las perlas del rocío’, donde el autor compara las gotas de rocío con perlas o ‘sus cabellos son de oro’, en la que asemeja el rubio del pelo con el oro.
Hipérbaton: Alteración del orden que las palabras tienen habitualmente en el discurso. Para que nos entendamos, un cambio sintáctico por el que se altera el orden habitual de la frase.
Como ejemplo, ‘por mi mano plantado tengo un huerto’, donde lo normal hubiera sido decir ‘tengo un huerto plantado por mi mano’. O ‘del salón en el ángulo oscuro’ cuando el orden habitual de la oración sería ‘en el ángulo oscuro del salón’.
Onomatopeya: Formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa. Consiste en reproducir o recrear los sonidos de la realidad y es una figura literaria muy potente. Así, muchas palabras que hoy nos son cercanas y de uso habitual, como quiquiriquí, han sido formadas por onomatopeya.
Ejemplos de onomatopeyas tenemos muchísimos: puaj (asco), tictac (reloj), zas (golpe o bofetada), clic (sonido del ratón del ordenador), etc. AQUÍ encontraréis 95 onomatopeyas muy interesantes.
Figuras literarias hay muchas y algunas muy interesantes. Poco a poco, iré explicándolas hasta completar una estupenda lista que nos ayude a saber qué son y para qué sirven. La mayoría, os daréis cuenta, las usamos de forma habitual sin ser conscientes de que lo hacemos porque su uso forma parte de nuestro día a día y de nuestra comunicación tanto escrita como oral.
2 respuestas a “Figuras literarias I”