El club de las palabras perdidas: alcayata y cachivache

Hoy, en el Club de las palabras perdidas, vamos a rescatar dos voces que, creo, apenas se emplean. Una de ellas, la primera, nos la acerca el periodista José Luis Ruiz desde el periódico El Comercio que, como vosotros, se han convertido en rescatador del club. Las palabras son: alcayata y cachivache.

Alcayata (del árabe hispano *alkayáṭa, y este del latín caia), según la RAE:

  1. Escarpia.

No sé vosotros, pero yo alcayata no la uso. De hecho, es un palabra que, reconozco, casi me es desconocida. La he leído alguna vez, pero poco. Oírla, apenas. En cambio, escarpia es más frecuente. José Luis asegura que quizá se deba a una costumbre familiar, ya que en su familia (de Tierra de Campos) es una palabra que se usa con naturalidad.

Escarpia, según la RAE:

  1.  Clavo con cabeza acodillada, que sirve para sujetar bien lo que se cuelga.

Escarpia tiene un origen incierto y es la que usamos con mayor frecuencia para referirnos al clavo del que colgamos nuestros relojes, cuadros, adornos, etc. Por cierto, deciros que la definición de la RAE me resulta un tanto graciosa. Para colgar ‘bien’ lo que se cuelga. Bueno, a ver, quizá se podría añadir un ‘depende’ a la definición porque en esto del martilleo y el bricolaje hay de todo.

Cachivache (derivado de cacho, con reduplicación expresiva, como zurriburri o a troche y moche), según la RAE:

  1. Cosa rota o inservible.
  2. Trebejo (‖ utensilio).
  3. Persona grotesca, embustera e inútil.

Las dos primeras acepciones se utilizan de forma despectiva y la tercera, que es la que en este caso nos interesa, está oficialmente en desuso. «Eres un cachivache». Suena bien. Deberiamos usarla más a menudo y recuperarla de verdad. Ya sabéis que uno de los principales objetivos de este club no es el recate por el rescate, sino el compromiso serio de su uso. De nada sirve llenar entradas o páginas y más paginas si luego, en cuanto cerramos la pestaña, las palabras regresan a la oscuridad. Hay que utilizarlas.

De regreso a las definiciones, las dos primeras no están en desuso, pero estoy segura de que son más las ocasiones en las que decimos esa cosa que ese cachivache. Y antes de dar por terminado el rescate de hoy, quiero hacer mención a una de las definiciones más bonitas que he encontrado sobre este término, sobre cachivache, y que está en el María Moliner. Lo define como: «Cosa llamada así despectivamente o porque no se sabe qué nombre darle». Es una hermosa forma de llamar a algo, ¿no creéis?

Por cierto, existe una conexión entre las dos palabras rescatadas porque, decidme, ¿qué es lo que muchas veces colgamos de una alcayata en las paredes?

Alcayata y cachivache. Dos bonitas palabras que hoy nos comprometemos a utilizar. Dos palabras que enriquecen nuestros conocimientos y que nos ayudarán, sin duda, a entender y explicar mejor el mundo.

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