Hace ya un tiempo que no rescatamos palabras. ¿Os apetece? Pues vamos allá. Hoy, en el Club de las palabras perdidas, vamos a sacar de la oscuridad del diccionario una palabra muy otoñal. Se trata de un rescate propio que tenía muchas ganas de hacer y compartir con vosotros. De una palabra que a mí, particularmente, me gusta mucho y que suelo utilizar con frecuencia; si bien, es cierto que no la oigo tanto como me gustaría. Se trata de repiquetear.
¿Y solo una palabra? Sí porque de esta bonita voz vamos a obtener otras que, igual de hermosas, nos van a llevar por senderos muy curiosos, ya veréis, donde hablaremos de lluvia, campanas, Francia y hasta de juegos de cartas.
Repiquetear, según la RAE:
- Dicho de las campanas u otro instrumento sonoro: Repicar con mucha viveza.
- Hacer ruido golpeando repetidamente sobre algo.
- Dicho de dos o más personas: Reñir diciéndose mutuamente palabras picantes y de enojo.
La tercera acepción creo que se emplea muy poco. No solemos decir que tal y cual repiquetearon en la plaza, sino que riñeron o se pelearon. Por eso, y porque, desde luego, sonoramente me parece muy bonita, (aunque reñir también lo es), intentaré usarla más. Me gusta la idea de repiquetear con alguien.
La primera acepción se parece a repicar, que es el verbo que con más frecuencia utilizamos para referirnos al sonido de hacen, por ejemplo, las campanas o instrumentos similares. Como tañer.
Tañer, según la RAE:
- Tocar un instrumento musical de percusión o de cuerda, en especial una campana.
- Ejercer el sentido del tacto.
- Tratar superficialmente sobre alguna materia.
- Tamborilear (hacer el ruido del tambor con los dedos).
- Corresponder (tocar o pertenecer).
Cinco definiciones tiene el verbo tañer de las cuales tres están oficialmente en desuso. Son las segunda, tercera y quinta. Y dándoles vueltas a estas tres definiciones, lo cierto es que no recuerdo haberlas visto escritas o haberlas oído con dichos significados en los últimos años. Quizá alguna suelta en referencia a la segunda acepción, la de ejercer el sentido del tacto, pero no en los otros dos casos. Así que esa es una de nuestras tareas de hoy. Recuperar tañer, como recuperar repiquetear y, por supuesto, repicar, de la que vamos a hablar a continuación.
Repicar, según la RAE:
- Picar mucho algo hasta reducirlo a partes muy menudas.
- Dicho de las campanas o de otros instrumentos: Tañer o sonar repetidamente y con cierto compás en señal de fiesta o regocijo.
- Volver a picar o punzar.
- Dicho de un jugador: En el juego de los cientos, contar 90 puntos antes que cuente uno el contrario.
- Picarse, preciarse, presumir de algo.
De estas cinco definiciones de repicar, la más llamativa es la primera. En profesiones como las mineras o similares se emplea con frecuencia, pero para el resto, la verdad es que no solemos utilizarla en ese sentido. Sí en relación con las campanas u otros instrumentos musicales (sinónimo de tañer o sonar, como hemos visto más arriba).
Otra acepción que también destaca es la cuarta. La relación de este verbo con el juego de cartas. Piquet (así se denomina en francés) es un juego de cartas de principios del siglo XVI para dos jugadores que se convirtió en el juego nacional de Francia. Se menciona por primera vez, como Le Cent , en 1535, en Gargantúa y Pantagruel, de Rabelais . La leyenda dice que el juego fue creación de Stephen de Vignolles durante la Guerra de los Cien Años; si bien, hay quien asegura que, en realidad, este juego es español debido a sus características principales, que son de origen español y tienen relación con las palabras pique (cuarta acepción) y repique. La RAE lo define como:
- Juego de naipes que comúnmente se jugaba entre dos y en el que ganaba la suerte quien primero hacía 100 puntos.
De regreso al verbo repiquetear, debo confesar que la definición que más me gusta es la segunda. La uso mucho cuando hablo de la lluvia y su sonido. Lo hago, además, en todo tipo de textos. Su forma de caer contra el suelo o de chocar contra los cristales. Me gusta decir y escribir que la lluvia repiquetea.
Ya veis cómo hoy, con una sola palabra, hemos hecho un recorrido muy extenso por otras tres y hemos aprendido mucho. Yo me comprometo a utilizar más a menudo cada voz hoy rescatada, y hacerlo, además, en todas sus acepciones para no dejar que el tiempo se las lleve.