Tras las entradas complejas y un tanto pesimistas de semanas anteriores, ha llegado el momento de olvidar y soñar. De volver a ver una imagen, verla de verdad, y luego dejar volar nuestra imaginación. Ya os dije que la sección ¿Qué ves? ¿Qué imaginas? nos daría mucho juego.
Hoy os traigo la fotografía de un lugar especial para que nuestra mente abandone los quehaceres diarios por un momento y se marche lejos. ¿Dónde? A donde queráis porque sólo depende de vosotros el sitio elegido para viajar y perderos por un instante.
La siguiente fotografía, tomada hace un par de años, tiene mucho que ver con una cueva que está muy de moda últimamente gracias a una película de Alex de la Iglesia.
¿Qué veis? Una cueva oscura, sinuosa y una mujer a contraluz adentrándose en ella.
¿A dónde irá exactamente? ¿Qué irá a hacer allí?
Podría ir a esconder algo. O mejor, a buscar algo que ya escondió. También puede ser que simplemente se haya perdido y use la gruta para refugiarse de una tormenta. Llueve, hace frío y la cueva parece un buen lugar donde esperar que amaine la tempestad.
Tal vez, en realidad, esté huyendo. ¿De qué? ¿De quién? Vosotros elegís. Puede huir de un sanguinario asesino que la persigue o quizá, simplemente, huya de sí misma.
¿Y si va a abrir una puerta?
¿Una puerta?
Sí, una puerta hacia algún lugar…
Ahora bien, admitiré que la cueva de la fotografía por sí sola ya esconde mucho misterio. Algo que he evitado decir hasta este instante para que fuera sólo vuestra imaginación, sin sugestión alguna, la que decidiese ponerle nombre, hechos, situaciones, etc., a la imagen. Pero os revelo que se trata de Zugarramurdi (Navarra) y de su famosa Cueva de las Brujas. No me negaréis que ahora vuestra imaginación ha dado un vuelco; un giro.
Confesad que ya os habéis olvidado de todo lo anterior y ahora veis aquelarres, fuego, pócimas, brujas y escobas. O quizá a la Santa Inquisición vagando por los bosques y calles de Zugarramurdi, buscando en sus casas y cuevas, y deteniendo a las mujeres acusadas de brujería.
En este caso, la imagen, sabiendo de dónde procede, es todavía más sugestiva y da pie a muchas más historias que podemos imaginar, soñar y contar.
El jardín del sur 