Soy palabras

Esta semana leí un interesante e instructivo artículo en el blog Hoja en blanco de Isaac Belmar titulado “El sorprendente asunto de los manuscritos rechazados” sobre una serie de escritos que fueron enviados a 41 editoriales y agencias literarias por un joven escritor. Tras esperar y esperar, el novato literato recibió 20 respuestas de las cuales todas menos una eran rechazos.

Ya sé lo que pensáis. Esta es la típica historia de siempre. Un joven escritor termina su novela y la manda, ilusionado y con ganas de comerse el mundo, a diferentes agencias literarias y editoriales. Luego espera y, claro, como no es nadie, no le hacen caso. Su gozo en un pozo. Puede parecer esa historia, pero no lo es en absoluto.

Si ahora os dijera que, en realidad, ese escritor no existía y que los manuscritos fueron enviados por el periódico Sunday Times, ¿qué pensaríais?

Tenéis curiosidad, ¿verdad? Pues prosigamos con la historia.

El caso es que el medio de comunicación quería demostrar que la mayoría de editoriales no leen los manuscritos que les llegan. Y para hacerlo no sólo se inventó un escritor novel, también utilizó unos manuscritos muy curiosos y especiales. El periódico se valió de las novelas In a free state de V.S. Naipaul, premio Nobel de Literatura, y Holiday de Stanley Middleton.

Ninguna de las editoriales o agencias, ninguna, se percató de que los manuscritos enviados eran grandes obras de la literatura. Pasaron sin pena ni gloria por sus mesas y despachos, siendo rechazadas en un altísimo porcentaje. De hecho, solo una agente literaria se interesó por una de ellas.

En el artículo de Hoja en blanco, que os recomiendo que leáis, de verdad, se nos cuenta cómo muchos escritores, hoy famosos y de renombre, han probado a mandar manuscritos bajo seudónimo y cómo, en la mayoría de los casos, por no decir todos, han sido rechazados. Hay ejemplos muy significativos como pueden ser J.K. Rowling o Stephen King.

Desde luego, esto hace que nos preguntemos si realmente los escritores, sin aval ni influencias, alguna vez podremos ver nuestras obras publicadas de una manera tradicional (a través de una editorial convencional). También abre el debate de si las editoriales realmente se leen lo que les llega o simplemente solo leen los manuscritos de aquellos que ya tienen en nómina o, al menos, una buena venta asegurada.

Es cierto, nunca hay que olvidarlo, ya lo he dicho en otras ocasiones, que tanto la literatura como las editoriales son un negocio, una empresa. No nos debe sorprender que miren por el bienestar de sus cuentas, aunque eso lleve consigo el rechazo de muchos manuscritos que pudieran ser, si se les prestara más atención, verdaderos best sellers.

Lo que pasa es que da rabia. Lo reconozco. Da rabia que tú, pobre incauto soñador, te dediques durante horas, semanas, meses y años a lo que te gusta, a escribir y transmitir tus historias, sentimientos y ánimos, es decir, un poco de ti y de tus sueños, y que luego, por el simple, o no tan simple, hecho de no ser conocido, nadie, absolutamente nadie, se pare ni un segundo a echarle un vistazo, aunque sea rápido, a lo que les das.

¿Y qué podemos hacer? Yo, por mi parte, pienso seguir insistiendo (no saben a quién se enfrentan) hasta conseguirlo porque este tipo de cosas me sirven para saber dónde estoy y cuál es mi meta. Para recordarme, cada día, que debo seguir ahí, dándole a la tecla o al boli, dejándome un trocito de mí en cada palabra y en cada historia porque eso es lo que soy. Soy palabras.

Publicada por grandes o pequeños, pienso seguir creando y enlazando palabras cada día, dejándome llevar siempre por las historias que llevo dentro a donde ellas quieran llevarme.


5 respuestas a “Soy palabras

  1. Me llamo Rosa y no pensaba que mi comentario iba a aparecer como anónimo, y entiendo que no te pueda gustar (yo no sé si lo haría). Y te cuento que sigo tu blog de hace un tiempo y leo tus publicaciones. Perdona no era mi intención aparecer como anónima.

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    1. Hola Rosa:
      No te preocupes por lo del anonimato. No me molesta. Agradezco mucho tus palabras y me alegro de que te haya gustado la entrada.
      Pienso que hay que seguir siendo positivos a pesar de todas las piedras que nos podamos encontrar en el camino, que seguro serán unas cuantas. Hay que luchar por lo que uno cree, aunque nos digan que son sueños baldíos porque los sueños hay que vivirlos e intentar cumplirlos.
      Un saludo.

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  2. Me ha gustado mucho tu publicación y cómo has tratado este tema. Pero más me ha encantado tu enfoque positivo ante este problema y el trasmitirnos que todo esto no te hará cambiar y sigues perseverante con tu idea de llegar lejos y de hacer lo que tú quieres y has elegido. Eso te hace grande.

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  3. Escuche algo de esa historia y casualmente en un programa de radio hablaron del mundo editorial, va muy en la linea de tu post.. aunque me quedo con el ultimo párrafo.. pienso igual. Un saludo

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    1. Hola Kike:
      Gracias por comentar. Me alegro de que te haya gustado el post.
      El último párrafo es, en esencia, lo que yo creo que muchos, ante las adversidades y dificultades de un mundo editorial cada vez más «raro», decidimos hacer. Seguir y no darnos por vencidos.
      Un saludo

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