«Alicia en el país de las maravillas» (Lewis Carroll)

Título: Alicia en el país de las maravillas
Autor: Lewis Carroll
Punto de lectura (2010/1865)

Portada Alicia en el país de las maravillasEsta semana he decidido acercaros un clásico entre los clásicos. Una lectura tan recomendable cuando se es niño como cuando se es adulto, aunque debo reconocer que la disfruté más de adulto. Y es que ojo, el libro del que hoy os hablo, aún pudiendo parecer una simple fábula infantil para pasar el rato, es complejo y, por supuesto, maravilloso. Se trata de Alicia en el país de las maravillas del británico Charles Lutwidge Dogson, más conocido como Lewis Carroll.

Mucho se ha escrito sobre esta novela. Por la red podéis encontrar miles de reseñas, resúmenes, análisis, etc. sobre esta obra. Para acercaros a ella, solo tenéis que dejar atrás los prejuicios y, sobre todo, olvidaros de las versiones de Disney, ya que nada tiene que ver la obra original con la película infantil. De hecho, el filme está compuesto por esta novela y por su segunda parte, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí.

Escrito en 1865, Alicia en el País de las Maravillas es un clásico que nos cuenta las aventuras y desventuras locas y fantásticas de una niña llamada Alicia que abre la puerta, al colarse en la madriguera de un conejo, de un mundo mágico, absurdo y surrealista lleno de personajes oníricos, excéntricos e irónicos.

Contaros exactamente el argumento sería perder el tiempo porque todos sabemos, en mayor o menos medida, de qué va este libro. Todos hemos oído hablar del relojero loco, el conejo blanco que va con prisa a todos lados, de la reina de corazones, y su afán por cortar la cabeza a todo lo que se mueve, y del rey, tan pequeño como acomplejado y sumiso a los deseos de su reina. Todos sabemos que uno debe tener mucho cuidado con lo que come y bebe porque, de lo contrario, puede crecer y crecer o hacerse diminuto. ¿Y qué me decís del gato que aparece y desparece? Lo dicho. Todos sabéis de qué hablo.

Y como contaros el argumento exacto sería perder el tiempo prefiero centrarme en lo que yo creo que realmente es Alicia en el país de las maravillas porque debajo de una lectura entretenida que divierte a los niños, se esconde otra compleja que hará pensar a los adultos.

Escondida en las situaciones inverosímiles que vive Alicia en ese país mágico que descubre, Carroll nos da su opinión sobre las principales características sociales, económicas, religiosas, etc. que rigieron la época Victoriana en la que él vivió. Mediante complejos diálogos que pueden parecer de locos, hace, con ironía y sarcasmo, una crítica a la educación inglesa y a los temas políticos de la época. Todo ello sin olvidarse de uno de los objetivos fundamentales del libro: divertir. Pues esa fue su principal intención cuando lo escribió para Alicia Liddell.

Una crítica, por ejemplo, a la educación que se daba a las niñas poniendo en la boca de Alicia constantes referencias a cómo debe comportarse una señorita y que, tras decirlas, la propia Alicia se salta. También cuando la pequeña intenta recordar, en ese mundo onírico en el que está, su aprendizaje en la escuela y no puede hacerlo. Quizá porque eso que le han enseñado no es tan importante como otras cosas. Quizá porque en el mundo de los sueños, lo real y lo irreal pueden convivir en armonía, sin batalla, y eso, religiosamente hablando, en aquella época, no estaba bien visto. Pensar en cosas fantásticas, seres inexplicables que ni la lógica ni la fe pueden alcanzar a entender, no tenía otra explicación que la locura.

El caso es que mediante el relato de Alicia, escondido bajo la apariencia de cuento infantil, Carroll puede saltarse las normas sociales establecidas. Puede olvidarse de los corsés de la época e inventar nuevas normas de comportamiento social, religioso, económico, etc. al amparo de la libertad de lo inventado. Libertad absoluta que sólo suele darse en los sueños y que Alicia disfruta. Incluso se pueden cambiar las reglas de un juicio y se puede ridiculizar a una reina, a la monarquía, tachándola de absolutista, tiránica y despótica sin que ello tenga consecuencias.

Un clásico sin duda alguna que debéis leer. No os lo podéis perder.

Lo tenéis que leer para divertiros porque os divertiréis, y para pensar porque pensaréis. Reiréis, le daréis vueltas a algunos conflictos morales que os surgirán en la lectura y otros menos rectos, pero igual de interesantes (seamos realistas, quién no piensa en los alucinógenos cuando Alicia come setas y crece, por ejemplo) y al final…

Pues al final, vosotros decidís con qué os quedáis porque hay quien dice, Calderón lo decía, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.


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