Esas otras cosas que se dicen en las paredes II

Las ciudades y los pueblos están llenos de curiosas pintadas que adornan o ensucian, según se mire, las paredes de nuestros barrios y casas. Paredes que, en realidad, muchas más veces de las que creemos, hablan. ¿Y qué nos dicen? De todo. Pintadas de amor, filosóficas, eternas…

Las que hoy comparto con vosotros están recogidas todas en Gijón (Asturias) y es muy interesante, os lo aseguro, prestar atención y fijarse en lo que dicen. ¿Qué es es lo que en ellas plasman quienes viven a nuestro alrededor? ¿Qué es lo que piensan, lo que sienten, lo que comparten? ¿Qué nos quieren decir? Pensad que, más o menos bonitas, con más o menos estilo y más o menos correctas, son, al fin y al cabo, una forma de manifestación.

Hay quien no puede evitar garabatear en un muro, junto a otras pintadas y dibujos, sus sentimientos y su pasión hacia alguien. Eso le sucede a Flaka.

«Si realmente las palabras tienen una definición exacta, mi definición de hogar está en sus ojos cuando me miran».

Palabras. Tus ojos. Hogar. Son caricias escritas en una pared roja. Roja. No podía ser de otro color, ¿verdad?

Y sin dejar el amor, también tenemos quién nos da consejos al respecto y nos dice:

«Enamórate, nos morimos igual».

Estas paredes hablan de amor. Y de muerte. ¿Carpe Diem? Tal vez o, quizá, tan solo sea una ‘Depresión Sonora’ (esta frase podría hacer referencia a uno de los versos de la canción Gasolina y mechero de Marcos Crespo, más conocido como ‘Depresión Sonora’) en una casa abandonada y semiquemada del barrio de Roces, a punto de venirse abajo y donde cada día aparecen nuevos objetos tirados por sus suelos. El amor y la inmortalidad.

Otros nos hablan de la percepción como fundamento y la realidad como bofetada.

«La dolorosa disyuntiva entre lo que quieres ser y el adulto que eres».

Querer ser y ser, que parecen lo mismo pero son cosas diferentes. Lo que queremos ser y lo que somos. ¿Dónde se quedó el verdadero yo?

Y sin dejar de lado la filosofía, las preguntas transcendentales que todos nos hemos hecho alguna vez y nos seguimos haciendo, llegamos a una pintada que esta, ya veréis qué curioso, justo enfrente de la puerta de entrada de un centro de salud. El lugar no sé si es importante, pero además del mensaje propio de la pintada, también llamó mi atención. ¿Acaso nos dicen que hay que vivir por algo que valga la pena de verdad? Tal vez.

«Y la felicidad, ¿qué?».

Las paredes hablan y nos dicen cosas, ya lo veis. Algunas, muy interesantes. Solo debemos mantener los ojos abiertos. Todas estas pintadas forman parte de nuestras vidas.  Son pensamientos, reflexiones e incluso deseos. Por eso, cuando paseéis por la calle, no dejéis de echar un vistazo a eso otro que se dice, se piensa y se siente.


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